Episodio 2: Conciencia

La cicatrización está hechando, y momento de alegría, por fin puedo ir a comprar mi prótesis y el sujetador específico.

Pffff.. sucede en la trastienda de una farmacia (acompañado de una persona muy cariñosa, y que sabe de tema), pero la prueba se hace en la trastienda, un sitio, medio armario escoba, medio stock de muchas cosas (medicamentos, cremas solares, cajas de leche infantil...).

Por el momento, no me importa, ya que podré volver a ponerme un sostén y conseguir un pecho.

¿Bueno, quieres hablar de la elección de los modelos?
Elijo un modelo blanco que es para mí el más bonito de todos los presentados. En retrospectiva, y unos días de mirarme al espejo, me digo que sí, es una transición entre la operación y el regreso a la vida “normal”, ¡pero es solo una transición!

A mi regreso del hospital, mi primera acción fue revisar todos los cosméticos, cremas... que había en casa, con las apps Clean Beauty e INCI Beauty.
Resultado : una bolsa de basura llena y solo me quedaron algunos productos. Yo, que creía estar atenta a lo que consumíamos en casa, volví a lo básico..

Tomé la decisión de no ir a informarme en Internet sobre el cáncer de mama, los efectos secundarios de los tratamientos... sino por el contrario informarme sobre nuestro consumo, porque sobre eso puedo tener una acción.

Como dice la leyenda: “Un día hubo un gran incendio forestal.
Todos los animales aterrorizados, horrorizados, contemplaron impotentes el desastre. Solo, el pequeño colibrí se afanaba, recogiendo con el pico unas gotas para arrojarlas al fuego.
Al rato, el armadillo, molesto por esta irrisoria agitación, le dijo: “Colibrí, ¿no estás loco? ¡No es con estas gotas de agua que apagarás el fuego! ".
Y el colibrí le respondió: “Lo sé, pero hago mi parte”.

Así que decidí ser el colibrí de la casa, y primera decisión: ¡cualquier marca que pueda ser dañina para nuestra piel o la naturaleza ya no encontrará su lugar en mi hogar!

......../....... a seguir